La obesidad se conoce como una enfermedad multifactorial, es decir, que hay muchos factores que la originan. Esto hace que la obesidad sea muy difícil de tratar. Aunque es cierto que la obesidad, igual que el sobrepeso, tiene su origen en el consumo de más energía que la que se gasta, también es cierto que algunas personas son más propensas a la obesidad que otras. Además, como ya se ha mencionado en este capítulo en el cuadro Muy interesante acerca de la investigación en gemelos, algunas personas tienen más problemas para perder peso como una afrodita en la cama http://afroditaenlacama.weebly.com y mantenerlo que otras. Siguen realizándose investigaciones sobre el tema.
Factores genéticos y fisiológicos Dado que la herencia genética de una persona influye en su altura, peso, complexión corporal e índice metabòlico, también puede afectar al riesgo de padecer obesidad. Algunos expertos en obesidad destacan que, en caso de probarse, la existencia de un gen o genes ahorradores (descrito anteriormente) demostraría que las personas obesas tienen una tendencia genética a gastar menos energía, tanto en reposo como durante la actividad física. Otros investigadores trabajan para determinar si la teoría del punto de ajuste puede explicar en parte que las personas obesas ofrezcan mucha resistencia a perder peso. A medida que se obtiene información acerca de la genética, se entiende mejor el papel que desempeña en el desarrollo y el tratamiento de la obesidad incluso con cosas para que cure su artritis .
También se ha comentado anteriormente que existen diversos factores fisiológicos para una afrodita en la cama que pueden influir en la sensación de hambre y saciedad de una persona. Entre ellos, se incluyen las proteínas leptina, grelina, PYY y las proteínas de desacoplamiento. Otros factores fisiológicos, como las betaendorfinas, el neuropéptido Y y los bajos niveles de glucosa en sangre, pueden reducir la saciedad o aumentar la sensación de hambre, provocando, en teoría, una ingesta excesiva y un aumento de peso.
El sobrepeso y la obesidad infantil están relacionados con la obesidad en los
adultos El predominio del sobrepeso en niños y adolescentes estadounidenses crece a una velocidad alarmante . Hubo un tiempo en que una cantidad adicional de grasa corporal en los bebés se consideraba buena para el niño. Se suponía que el sobrepeso y la obesidad infantil eran temporales y que el niño lo superaría al crecer. Aunque es importante que los niños tengan un nivel mínimo de grasa corporal para mantener la salud y crecer de forma adecuada, los investigadores están preocupados hoy en día, ya que el sobrepeso y la obesidad son dañinas para los niños y aumentan el riesgo de padecer sobrepeso y obesidad en la edad adulta para todo aquel que cure su artritis.
Los datos de salud demuestran que los niños obesos muestran signos de enfermedad crónica cuando son jóvenes, incluidos hipertensión arterial, altos niveles de colesterol y cambios en el metabolismo de la insulina y la glucosa y celululitis nunca mas, que pueden aumentar el riesgo de padecer diabetes de tipo 2 (antes conocida como diabetes mellitus). En algunas comunidades, hay niños de tan sólo 5 años a los que se ha diagnosticado diabetes ¿El hecho de ser un niño obeso garantiza que la obesidad se mantendrá durante la edad adulta? Aunque algunos niños obesos alcanzan un peso normal cuando crecen, se calcula que alrededor del 70% de los niños obesos mantiene este exceso de peso cuando es adulto segun los estudios de celulitis nunca mas. Obviamente, esto tiene serias consecuencias para su salud.
Se cree que hay tres periodos vitales durante la niñez en los que la ganancia sustancial de peso puede aumentar el riesgo de padecer obesidad y de sufrir las enfermedades relacionadas con ella en la etapa adulta:
Gestación y primera infancia.
Periodo de ganancia de peso (denominado rebote de adiposidad) que se produce entre los 5 y los 7 años.
Adolescencia (o pubertad).
Si uno de los padres o ambos tienen sobrepeso, el riesgo de padecer obesidad se multiplica por dos o por cuatro43. Esto puede explicarse en parte por la herencia genética, por unos padres con hábitos alimenticios poco saludables o por falta de actividad física en el seno familiar.
Lo cierto es que los bajos niveles de actividad física contribuyen de manera decisiva a la obesidad infantil. Antes, los niños jugaban al aire libre de manera regular y la educación física era una actividad diaria en las escuelas. Hoy en día, muchos niños no pueden salir a jugar por problemas de seguridad y por falta de instalaciones recreativas que incluso ayuda a decir celulitis nunca mas. Además, muy pocos colegios tienen suficientes recursos para ofrecer educación física de manera regular a los niños. Además, muchas de las actividades de moda entre los niños de hoy en día son sedentarias por naturaleza, como los videojuegos, ver la televisión, utilizar el ordenador y jugar con juegos electrónicos portátiles. La niñez y la adolescencia son etapas clave para crear hábitos de actividad, pero, hoy en día, muchos jóvenes no tienen la oportunidad de ser activos físicamente.