Si quiere usted saber por qué estoy tan seguro de que una prueba comparativa demostraría la gran efectividad del método Atkins, le comentaré que esa certeza se debe a la práctica clínica en la que hemos tratado a unos cinco mil diabéticos del tipo II. Conseguimos que la mayor parte de los pacientes que tomaban fármacos estimuladores de insulina (sulfonilurea) dejasen de tomarlos. Y de los diabéticos del tipo II que se administraban insulina, más de la mitad pudieron abandonarla. La siguiente es una historia de entre mil casos que se han dado.
Janet Drake atribuye a Atkins el haber salvado la vida y una pierna. A sus 47 años, había sido diabética durante diecisiete años. Una ampolla en un dedo del pie se convirtió en celulitis y una línea roja se extendió por su pierna hasta la rodilla. Uno de los médicos del hospital donde ella trabajaba por entonces como enfermera le advirtió que era posible que tuvieran que amputarle el dedo o la pierna si no conseguían bajar los niveles de azúcar en sangre de inmediato. Janet tenía los niveles de glucosa en 290, demasiado alto ya que se inyectaba insulina dos o tres veces al día y tomaba Glucophage y Glyburide, unos medicamentos orales que ayudan a controlar la diabetes.
Al día siguiente visitó a su oculista a causa de unos dolores de cabeza que había padecido no hacía mucho. El le habló de una edición anterior de este libro y Janet se fue derecha al centro comercial, compró el libro, volvió a casa, sumergió el pie en una solución de sales y empezó a leer.
«Empecé Atkins ese mismo día a la hora de comer para perder —recuerda—. El viernes mi pie ya estaba curado, los dolores de cabeza habían desaparecido y mi azúcar en sangre había bajado a 190. Al final de la segunda semana había perdido 7 kg. Siete días más tarde, los niveles de azúcar en la sangre se encontraban estabilizados en 150 y el médico me quitó la insulina. Cuando había perdido trece kilos pude dejar de tomar también la medicación oral.»
Las cifras de Janet hablan por sí solas. Antes de empezar Atkins, su tensión era alarmante, 180/90. Ahora se mantiene en 110/70. Sus niveles de glucosa, antes en 290, se encuentran ahora en 114, es decir, dentro de la normalidad. Su nivel total de colesterol ha bajado 30 puntos, de 180 como estaba. Su colesterol «bueno» o HDL ha subido 6 puntos. Sus niveles de triglicéridos son ahora normales. Su peso ha bajado 22 kg. Janet ha dejado de ser una mujer diabética que, probablemente, estaba entrando en la última década de su vida y se ha convertido en una mujer sana que acaba de abrir su centro de bienestar para aconsejar a las personas —en especial a los diabéticos— en temas de nutrición y salud. Muchos de sus pacientes se los remiten médicos que quedaron impresionados por su experiencia.
El método nutricional de la dieta Atkins no sólo es el tratamiento más efectivo de la diabetes que existe en Estados Unidos, sino que es una vía segura para poner fin a la epidemia de esta enfermedad. Es posible que la modestia no sea mi fuerte, pero traicionaría a la humanidad si dijera otra cosa.